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Así se crean los rines de aluminio Mariluz: el corazón profesional del ciclismo urbano.

Published on 1 día,22 horas


El Ciclismo

En el mundo del ciclismo, hay componentes que pueden pasar desapercibidos, pero que definen por completo la experiencia de rodar. Uno de ellos son los rines. En Ciclometa, parte de la red de tiendas de Bicimex, una empresa mexicana con décadas de trayectoria, y dentro de su operación existe un punto clave donde ocurre algo especial: la creación de los rines de aluminio Mariluz, una marca que se ha ganado la confianza de miles de ciclistas urbanos por su resistencia, precisión y desempeño.

 

 

El origen del rin: donde inicia la ingeniería

La fabricación de un rin Mariluz comienza en el Centro de Distribución de Vallejo, un espacio donde conviven maquinaria especializada y un equipo humano altamente capacitado. Todo este proceso inicia con la creación de la maza, pieza fundamental que será el eje del rin. Con máquinas diseñadas para dar forma y dimensión exacta a cada maza, se garantiza desde el primer paso, la durabilidad y compatibilidad del producto final.

 

 

El armado: precisión que se nota.

Con la maza lista, viene una de las etapas más importantes: el armado. Aquí se integran rayos, maza y aro, y aunque parezca un proceso mecánico, en realidad es un trabajo profundamente manual. Cada rayo se coloca y se ajusta con precisión, asegurando la tensión correcta que permitirá que el rin soporte el peso, los impactos y las horas de rodadas constantes.

Esta fase es realizada por un equipo excepcional: un grupo de mujeres mexicanas, cuya habilidad y experiencia se han convertido en un sello de calidad para la marca. Su conocimiento técnico, sumado a su atención al detalle, es lo que da vida a los rines Mariluz.

 

 

Ajuste y nivelado: milímetros que hacen la diferencia

Una vez armado, el rin pasa a un área de ajuste y nivelado. Aquí se verifica que todo esté perfectamente centrado, sin vibraciones ni desviaciones. Esta etapa es crucial: un rin desbalanceado afecta la seguridad, el frenado y la estabilidad del ciclista. Por eso, cada rin es revisado cuidadosamente antes de ser aprobado.

 

 

 

Listos para rodar

Después del ajuste final, los rines se empacan y se distribuyen a distintos puntos de operación. Este trayecto, desde su fabricación hasta que llegan a una bicicleta, es parte de una cadena que involucra esfuerzo, técnica y coordinación.

 

 

 

Hecho por manos mexicanas

Lo más valioso de este proceso no solo es la maquinaria o la técnica, sino las personas detrás de cada rin. Las mujeres que ensamblan ajustan y perfeccionan los rines Mariluz representan un ejemplo claro del talento mexicano dentro de la industria del ciclismo. Su trabajo sostiene cada pedaleo, cada entrega y cada ruta recorrida en la Ciudad de México.

 

 

 

 

 

 

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