Las morras ruedan, transgreden y se cuidan entre ellas mismas.
El encuentro consigo mismas y con otras mujeres es lo que más valoran cada una de las Veló Minas en estas rodadas, porque no es lo mismo rodar en grupos mixtos en donde sin excepción han sufrido algún tipo de violencia y/o acoso, que rodar en una grupa de puras morras. Y es que entre ellas no existe la competencia ni la constante necesidad de demostrar que se valen por sí mismas o que tienen mayor experiencia y conocimiento que las demás, tal como han experimentado en rodadas con hombres. Acá nadie viene a "cuidarlas" o a explicarles como es el mundo.
Su primera rodada juntas fue a Oaxtepec desde la Ciudad de México, rodaron "solas" como dicen los que no recuerdan que dos o más personas juntas no están solas; la sinergia femenina les sorprendió gratamente y desde entonces esperan felices cada fin de semana en que pueden volver a rodar. Toman las calles, carreteras, terracería y empedrados por igual en rutas que casi siempre superan los 40 kilómetros, llevan una velocidad constante; respetan sus tiempos y decisiones en el camino.
El encuentro no solo se da a través de la bicicleta, sino en el hecho de ser mujer.
Es decir que no es solo la bici la que las une sino las experiencias de vida de cada una y ahora en conjunto.
Comparten desde el ser mujer y ciclistas, desde sus perspectivas, ya que son un grupo super diverso en todos los aspectos que nos podamos imaginar: tipo de bicicleta, tiempo que llevan rodando, contexto, edad, profesión, hábitos y vivencias.
Casi sin querer y de forma orgánica han sembrado en otras mujeres la inquietud de retomar o de iniciar a rodar, luchan rodando, como dice en sus jerséis, para derribar MITOS tales como la supuesta incapacidad de formar grupos y convivir exclusivamente entre mujeres, de valerse por una misma y apoyar a sus compañeras. La ternura radical está presente como una forma de tumbar los pensamientos patriarcales que por años nos han envuelto a las morras.
Valoran y promueven los espacios "abiertamente separatistas", porque las mujeres necesitamos espacios libres de energías masculinas y todo lo que aquello implica, que nadie nos ha contado y que todas hemos experimentado.
Las Veló Minas no ruedan a pasito, van marcando el ritmo según van sintiendo, ya que su única pretención es rodar llegando hasta donde se lo proponen y acompañarse en el camino. Este es un proceso de autosuficiencia, empatía, autoconocimiento, aceptación y aprendizaje desde la sororidad dura y pura.
Ellas conocen los riesgos de abrir sus rodadas al público en general y la exposición en redes sociales, es por ello que hasta ahora se reúnen haciendo una cadena de amigas-de amigas por tanto sus rodadas son privadas, sin embargo se encuentran dispuestas a compartir sus conocimientos para aquellas mujeres que quieren empezar o volver a rodar y se les puede contactar mediante esta publicación dejando un comentario al pie para que las contacten.
No pierdas oportunidad de dejarte inspirar por estas minas que ruedan y lo hacen muy bien.