Después de 33 años de que se celebró el último Tour de Francia Femenina, el domingo 24 de julio se volvió a dar el banderazo inicial en los Campos Elíseos, en donde horas antes Jonas Vingegaard celebró su primer triunfo en un Tour de Francia.
En 1955, el periodista francés Jean Leulliot se le dio la confianza de crear la primera vuelta ciclista femenina, ya que por 25 años dirigió la París-Niza. Su idea era que esta competencia tuviera una duración de 7 etapas de entre 80 y 100 km, pero solamente se corrieron 5. Con un total de 41 ciclistas mujeres se inauguró el Tour de Francia Femmes, la inglesa Mildred Jessie "Millie" Robinson se llevó el triunfo. Ante el poco interés y el sexismo que se vivía en esa época, el Tour ya no se volvió a renovar, las burlas ante éste evento no se hicieron esperar y el diario L’Equipe escribió: “Ha triunfado el sentido común. Tendrán que contentarse con los eventos existentes y el cicloturismo, que corresponde mucho más a sus posibilidades musculares”, cuando en 1957, las UCI se negó a otorgar el maillot arcoíris a las ciclistas.
Tras 29 años, se volvió a organizar un Tour Femenino, la entonces organizadora del evento, la “Société du Tour de France” presentó una versión femenina, su kilometraje era menor, la primera edición contó con 18 etapas y las siguientes fueron solo 11. La primera campeona fue la estadounidense Marianne Martin, para la segunda y tercera edición (1985-1986) la italiana María Canins se llevó el triunfo y en 1987 el Tour vio a la primera tricampeona del campeonato, la francesa Jeannie Longo (1987-1989), convirtiéndose hasta el día de hoy en un ícono del ciclismo femenil. Longo consiguió más de mil victorias, lamentablemente ya no pudo mostrar más de su talento porque, en ese mismo año se suspendió la competencia por falta de rentabilidad económica.
El Tour Femenino se negaba a morir y a pesar de que la “Société du Tour de France” ya no lo apoyo más, la misma Jeannie y Patrice Boué independizaron la competencia llamándola "Tour de la Gran CEE", pero ante los escándalos de dopaje de la competencia masculina, se les prohibió llamar a la carrera “Tour” o hablar del “maillot amarillo”.
En los años 90's la carrera tuvo un sinfín de cambios. Entre 1990 y 1993, los recorridos oscilaron entre las 9 y 12 etapas, la vencedora fue la tetracampeona francesa Catherine Marsal, en 1992 hasta 1997 se creó otra prueba similar llamada "Tour Cycliste Fémenin", que después fue conocida como el “Women´s Tour de France”. La competencia marchó bien estos años, pero los problemas de patrocinio, alojamiento para las ciclistas, los premios no pagados y no encontrar ciudades para organizar las etapas seguían existiendo.
Para 1998, ASO, empresa organizadora del Tour de Francia denunció que el nombre “Tour Cycliste Féminin” atentaba con los derechos de marca registrada, por tal motivo la carrera pasó a llamarse “Grande Boucle Féminine Internationale”.
Tras la nula respuesta de patrocinadores y aficionados, la carrera veía nuevamente como llegaba a su fin. Hasta el año 2000, la competencia fue por etapas de máxima categoría, para el año siguiente descendió a categoría amateur. En el 2004 la carrera no se celebra, un año más tarde la competencia regresa pero con un formato menor, corriendo solo 5 días y solamente en Francia. Dos años más tarde regresó al profesionalismo, pero en la categoría 2.2, que es la última categoría del profesionalismo. En el 2008, consistió de 7 etapas divididas en 6 días de competición y en su última edición que fue en el 2009, 66 ciclistas disputaron 4 etapas, la última dio inicio en Irún, España.
Las ciclistas nuevamente se oponían a no contar con un Tour de Francia y a que el ciclismo femenino no diera su gran salto. En el 2013, la campeona olímpica Marianne Vos, la campeona mundial Emma Pooley y varias ciclistas profesionales lanzaron una petición para exigir el regreso del Tour de Francia Femenino, ya que quieren “romper las barreras que impiden injustamente que las mujeres deportistas tengan las mismas oportunidades que sus homólogos masculinos”. Debían de juntar 96 mil firmas, en respuesta a esto, en el 2014, ASO organizó “La Course by Le Tour”, un evento corto en paralelo con el Tour masculino.
Este 2022 regresa el Tour de Francia Femenino gracias a las ciclistas que decidieron alzar su voz para ser consideradas y tener un evento de gran magnitud como los hombres y tras la aceptación de “La Course by Le Tour” que aún se corre, esto se hizo posible.
Pero el camino por recorrer aún es muy largo y la lucha de la igualdad lo es aún más.
Tan solo la desigualdad inicia en el monto de los premios, ya que la organización repartirá 250 mil euros a las mujeres, comparado con los 2.3 millones que reciben los varones. No solo en los premios se nota la brecha salarial, en los sueldos también es muy notorio, ya que en el 2020 el salario mínimo de las ciclistas ascendió de los 15 mil a los 20 mil euros al año; la peor pagada de las ciclistas del WorldTeam cobra casi 2,300 euros brutos al mes, mientras que Tadej Pogacar percibirá 6 millones de euros al año hasta el 2027.
Los ciclistas jóvenes en su primer año ganan más o menos 31 mil euros al año, mientras que en el 2018 una de cada cinco mujeres “profesionales” corría gratis y la mitad cobraba menos de 5 mil euros al año. Por otra parte, la mejor pagada es la medallista olímpica Annemiek Van Vleuten, quien también es considerada como la mejor ciclista de carretera del mundo. En el 2021 firmó un contrato con Movistar que prevé 250 mil euros por temporada, salario que está muy por debajo de su coequipier Alejandro Valverde quien gana 2.2 millones.
Referencias:
tuvalum.com
www.radiofrance.fr