Desde la infancia aprendemos a reconocer nuestro punto de equilibrio, gracias a ello podemos caminar; para que esto suceda se tienen que generar diversas conexiones neuronales en nuestro cerebro infantil, naturalmente se ha demostrado que el ejercicio físico ayuda a que esto suceda.
Además resulta de vital importancia alimentar el desarrollo psicomotor, lo cual se logra de forma natural al gatear, de ahí su importancia. Aunque cada infante se desarrolla de forma y en tiempo distintos, es importante darle seguimiento a las actividades que conquista cotidianamente.
La bicicleta de balance no solamente es la mejor herramienta para que las y los niños aprendan a pedalear y así montar una bicicleta sin "rueditas de apoyo" desde muy temprana edad, resulta coadyuvante en el desarrollo de su autonomía, fortalece sus extremidades y espalda; además de que fomenta la exploración de su entorno y las posibilidades de su propio cuerpo, permite un cambio de perspectiva puesto que encuentra un nuevo punto de equilibrio y logra el balance.
Se recomienda el uso de bicicletas de balance a partir de los 16 meses, incluso desde que el infante comienza a caminar, para ello hay que tener en cuenta que la bicicleta sea adecuada para su estatura, dado que es importante que el niño o la niña al sentarse en ella pueda tocar con toda la planta de ambos pies el piso, de esta forma logrará tracción y se sentirá cómodo y seguro.
Sin duda uno de los mejores ragalos de la infacia es una bicicleta, sobretodo si ésta fomenta desde la primera infancia el desarrollo de las y los niños; además de brindar horas de diversión y emocionantes aventuras.